Todos hemos escuchado en algún punto que toda persona tiene un precio, ¿crees que tú no? Hay muchas formas en la que podemos comprobar esto y, no en todas las formas es algo malo, hay distintas formas de poner precio a distintas partes de nosotros, con nuestros conocimientos o nuestro trabajo, hay algunos que ponen precio hasta su moral y ética.
Primero hay que definir lo que es malo y bueno, muchas personas al conseguir un trabajo independientemente del trabajo que sea, ya está poniendo un precio a una parte de si, esto no es algo malo ni mucho menos es sólo un precio que le ponemos a nuestro trabajo y conocimientos. Al analizarlo de una forma ética esto no tiene nada de malo puesto que estamos ofreciendo un servicio a cambio de una recompensa monetaria, sería muy diferente si pusiéramos precio a parte de nuestra moral para hacer algo que vaya contra las reglas o, contra la honestidad que debe predominar en un empleo.
¿Qué son la ética y moral?
La ética es algo propio de los seres humanos, nos sirve para poder guiar a todos a lo que es bueno y malo en la sociedad. Esto es motivo de estudio por muchos filósofos ya que, no hay nada superior que nos diga lo que está bien de lo que está mal entonces, con nuestro propio raciocinio debemos de aclararnos, gracias a esto se redactan las leyes y de eso que muchas leyes sean diferentes en distintos países, sin embargo los fundamentos más básicos se mantienen.
La moral es algo parecida a la ética pero, esto es propio de cada individuo, entonces aquí no hay una sociedad completa para decirte lo correcto y lo incorrecto, esto es algo que depende de tus valores y te guían diariamente en tus acciones.
Al momento de querer poner precio a distintas partes de ti aparecen ambos conceptos, la ética te dice con leyes que es lo que puedes ofrecer en cuanto a servicios y que es lo que está mal visto socialmente, pero la moral llega a influir más en las decisiones finales y dependiendo de los valores que haya adquirido a lo largo de su vida.
Es cierto que trabajar es algo necesario para todos por lo que, al poner un precio a un servicio calificado como un trabajo “digno” esta bien visto y recibido tanto socialmente como personalmente, pero hay otros trabajos que en muchos países no lo son. Esto no queda sólo a la realización de algunos trabajos, sino que dentro de trabajos dignos hay muchas formas en que las personas se venden, esto es llamado como “corrupción” que es una actividad no ética en la que una persona recibe dinero a cambio de modificar información, omitirla, emitir información privada, etc. Actividades que no son éticas desde el punto de vista de una empresa, sociedad o incluso en el gobierno.
Esto ha provocado que a mucha gente se le empiece a generar una desconfianza contra trabajadores que se supone están para cuidarnos, esta corrupción sucede mayormente en trabajos donde se tiene un alto nivel de importancia tanto de autoridad, como en la política, de ahí que mucha gente deje de creer en el gobierno y desconfíe de policías, tránsitos, ejército, etc. Debido a que incluso ellos pueden tener un precio para cambiar aspectos que les digan, incluso pueden poner precio a su dignidad.
Pero la verdad es que al final todos nos hemos puesto un precio, puede que no haya sido con una mala intención, sino por necesidad, puede que en algún caso hayamos vendido nuestra decisión o voto hacia un político de gobierno por algo de dinero porque se necesita. Esto llega a pasar en los países con alto desempleo y con una inestabilidad en la economía, llega a hacer que la gente ponga precio a su moral y ética para poder alimentarse o alimentar a su familia.
Actualmente no hay mucho por hacer ante los problemas de corrupción, se pueden reportar abusos pero, en muchas ocasiones no llegan muy lejos e incluso puede perjudicarte más a ti, esto es un problema filosófico grande, al cual cada vez se le demuestra que todos tenemos un precio.